Los gases técnicos, como el dióxido de carbono (CO2), el halón, el argón y el nitrógeno, son fundamentales en la extinción de incendios debido a su capacidad para sofocar llamas sin causar daños colaterales significativos. Estos gases funcionan principalmente desplazando el oxígeno o inhibiendo reacciones químicas necesarias para la combustión.
Dióxido de Carbono (CO2): El CO2 es ampliamente utilizado en sistemas de extinción debido a su alta eficacia y su capacidad para penetrar áreas de difícil acceso. Actúa reduciendo la concentración de oxígeno y enfriando el área afectada. No deja residuos y es adecuado para fuegos de clase B y C.
Gases Inertes: Los sistemas que emplean argón, nitrógeno y mezclas de estos gases (como el INERGEN) funcionan por desplazamiento de oxígeno. Al reducir la concentración de oxígeno a niveles por debajo del 15%, estos sistemas sofocan el fuego sin afectar la salud humana en espacios ocupados. Son efectivos en fuegos de clase A, B y C.
Halón y sus Sustitutos: Aunque el halón fue ampliamente utilizado debido a su capacidad de sofocar fuegos químicos, su producción fue restringida por el Protocolo de Montreal debido a su impacto negativo en la capa de ozono. Alternativas como el FM-200 y el Novec 1230 han sido desarrolladas, ofreciendo características similares sin los efectos adversos ambientales.
Normativa Aplicable: En Estados Unidos, la normativa NFPA 2001 de la National Fire Protection Association regula el diseño e instalación de sistemas de gases limpios. Esta normativa establece los requisitos para el uso seguro y eficaz de estos gases, asegurando una extinción eficiente y la protección del personal.
En Europa, la normativa EN 15004 de la European Committee for Standardization (CEN) proporciona directrices similares. Esta norma abarca el diseño, instalación y mantenimiento de sistemas de extinción de incendios con gases, asegurando la armonización de prácticas en toda la Unión Europea.
Ambas normativas enfatizan la importancia de un diseño adecuado, pruebas regulares y mantenimiento para garantizar la eficacia y seguridad de los sistemas de extinción de incendios con gases técnicos.