Para el reciclaje de extintores en España, es crucial cumplir con la normativa establecida en el Real Decreto 105/2008, que regula la producción y gestión de residuos de construcción y demolición, así como con el Real Decreto 833/1988, que desarrolla la Ley de Residuos Peligrosos. Los extintores, considerados residuos peligrosos debido a los gases y productos químicos que contienen, deben ser gestionados conforme a estrictos protocolos.
El proceso de reciclaje comienza con la identificación del tipo de extintor (polvo, agua, CO2 o espuma). Posteriormente, es necesario verificar si los componentes son reutilizables o si deben ser tratados como residuos peligrosos. Los extintores que contienen halones, prohibidos por la normativa europea, deben ser gestionados de manera específica por empresas autorizadas para la manipulación de sustancias que agotan la capa de ozono, conforme al Reglamento (CE) Nº 1005/2009.
El desmantelamiento de los extintores se realiza en centros de gestión autorizados, que cumplen con la Ley 22/2011 de residuos y suelos contaminados. En estos centros, se separan los distintos componentes: el metal del cuerpo del extintor se somete a procesos de reciclaje en instalaciones de gestión de residuos metálicos, mientras que los agentes extintores y los gases se extraen y neutralizan de acuerdo con las normas de seguridad. Los residuos resultantes se clasifican, etiquetan y transportan conforme al Reglamento de Transporte de Mercancías Peligrosas (ADR).
Finalmente, la documentación correspondiente a la gestión de los residuos debe estar disponible para su inspección por parte de las autoridades competentes, como las comunidades autónomas, que supervisan el cumplimiento de la normativa medioambiental en el reciclaje de extintores en el ámbito estatal.